Lo mejor que puedo hacer por mi perro es tratarlo como… PERRO

¿Me refiero a tratarlos mal? ¿Abuso? ¿Negligencia?

¡No, para nada!

Tratar a nuestro perro como perro significa conocer y respetar las características y necesidades de su especie y como consecuencia, podremos vivir juntos en armonía.

Los cambios que hemos vivido como sociedad en cuanto al trato de los animales ha sido fundamental para disminuir e incluso eliminar algunos tipos de abusos, negligencias y maltratos. Hemos avanzado mucho en el reconocimiento del animal como un ser vivo que requiere ser respetado y cuidado. Incluso, la incorporación de la mascota, en este caso el perro, como un miembro más de la familia, ha permitido a la sociedad disfrutar de los beneficios del vínculo humano-animal como nunca antes.

Sin embargo, sucede a veces que se nos olvida que este nuevo miembro es de otra especie y por eso, tiene diferentes necesidades a las nuestras. Como resultado del gran amor que les tenemos, proyectamos nuestras necesidades en ellos y los comenzamos a tratar como nuestros hijos, como humanos, olvidándonos de sus propias necesidades. Esto puede traer como consecuencia el respeto y cuidado, en lo que tanto hemos avanzado, se pierda y su bienestar animal se vea gravemente perjudicado.

A continuación, comentaré algunas situaciones comunes para ejemplificar casos en los que no respetamos las necesidades o características propias de la especie:

  • Los perros necesitan su propio espacio y momentos de calma y soledad desde pequeños (no se van a morir si los dejas solos, a diferencia de un bebé humano). Si no les damos estos espacios y no les enseñamos que estar solos (en su justa medida) está bien, lo más probable es que tendremos perros con ansiedad por separación.
  • La mayoría de los perros tienen el pelaje suficiente para regular su temperatura, tanto el frío como el calor, y no necesitan de ningún tipo de vestimenta, la cual los perjudica tanto para su movimiento, comunicación y anatomía.
  • Se nos olvidan o no comprendemos sus necesidades de morder, masticar, lengüetear y destruir y los retamos por realizar esta conducta muy instintiva, lo que puede llevar a situaciones de estrés, ansiedad e incluso enfermedades.
  • Los perros pequeños suelen ser levantados en brazos por miedo de sus tutores a que sean mordidos o atacados por otros perros más grandes. Esto finalmente lleva a que los perros pequeños tengan miedo a los perros más grandes, que no sepan comunicarse con otros perros en el lenguaje propio de su especie y finalmente no puedan socializar con otros perros.

En conclusión, el amor que tenemos por nuestros compañeros es excelente, no debemos dudar de el ni intentar disminuirlo ni apaciguarlo.

Lo que debemos hacer es utilizarlo correctamente para mejorar la calidad de vida de nuestros perros según sus necesidades, no las nuestras.

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